Mi interés por el vegetarianismo empezó a formarse cuando tenía, aproximadamente, diez años. Una de mis primas era ovolactovegetariana, y yo, que siempre he sido la curiosidad personificada, me preguntaba bastante por su dieta. Recuerdo que mi padre fue el primero en aclararme conceptos y contestarme las primeras dudas. Supongo que me sentí más y más atraída por ello y comencé a investigar por mi cuenta. Así, podría decir que aprendí a utilizar internet buscando información sobre el vegetarianismo.
En mis primeros tiempos, me "apalanqué" en una web comodísima, muy completa y agradable: "Mundo vegetariano" (actualmente http://mundovegetariano.com/, pero en su día tenía otro formato), creada por la grandísima Ana Moreno (creo que esta mujer se merece un post entero, así que hablaré de ella más adelante). Ahí pude leer cosas que en su día no comprendí del todo (aspectos de nutrición), pero también me empapé de experiencias ajenas y buenas vibraciones. Empezó el cambio. Movida por encontrar mi camino y mi forma de hacer algo el mundo desde pequeña, el vegetarianismo se unió a mis pasos con una clave ética que comencé a vivir con intensidad. Aún tras numerosas conversaciones con mis padres que acababan siempre con una negativa por su parte, no me vencí. La cantidad de carne y pescado que tomaba se reducía poco a poco. Me fui sintiendo mejor por ello, pero al mismo tiempo, los momentos con estos alimentos en mi plato cada vez eran más dramáticos y duros.
Actualmente mis padres siguen sin consentirme un total vegetarianismo, pero llevo meses innovando en casa, probando nuevos productos vegetarianos, intentando que mi familia se implique y vea la variedad y disponibilidad, y sobre todo, disfrutando de algo que siempre me ha gustado: la cocina. Estoy aprendiendo bastante de nutrición y me siento más segura. Desde hace un año aproximadamente, compro la revista "Cocina Vegetariana", que me encanta, y también he empezado mi propia colección de libros de recetas. Es un crecimiento lento pero da sus frutos.
Añadiré que yo veo esta forma de vida desde dos puntos de vista: uno, el que nos afecta a nosotros directamente, la comida; y otro, el que afecta a aquellos que están hacinados entre rejas. Esto no significa que descuide lo que como, ni que no me guste comer... de hecho es algo que me encanta, me reconozco una persona comilona y golosa. Pero sí significa que mi preocupación va más allá del uso de los animales como comestibles... y poco a poco estoy optando por la no utilización de los animales en ningún aspecto. Quizá sea el primer acercamiento al tan temido veganismo...
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Esta decisión puede ser más o menos dura, creo que depende bastante de las posibilidades que tengamos en casa, pero si uno cree en ello, seguirá a delante. Las excusas que se pone la gente ("me gusta demasiado el sabor de la carne", "no hay apenas variedad"...) pueden venir de la falta de compromiso (grandísimo problema global en muchos aspectos) o de la falta de información. Y yo, queridos míos, me apunto a luchar contra esto último.
Aquí estoy.
